Un
hijo no puede morir
Reporte
de lectura
Parte 1
Era
un día normal, a las 9 de la mañana hablaron de la clínica para avisar que
Francisco, el niño menor, tenía una cita para una melografía a las 4 de la
tarde.
Los
papas y el abuelo lo acompañaron, y minutos antes de entrar, Francisco se quito
su cadenita, con una cruz y se la dio a su mama, pidiéndole que jamás se la
quitara.
Después
de 30 minutos, Susana la madre se desespero
y busco al doctor, pero al llegar a la habitación de su hijo solo
encontró un pequeño niño cubierto con una sabana, pero ese no parecía su hijo,
pues ese niño estaba muy hinchado de todo el cuerpo.
Lloro
a mas no poder, sin creer que lo que sucedía fuera posible. Llamo a su papa, y
tuvo que llevar al hijo mayor a un
psicólogo para hablar sobre Francisco.
A
Patito lo llevaron a dormir a otro lado, mientras que los padres lloraban
juntos.
Parte
2
Al
siguiente día fue el velorio de Francisco. Lo vistieron con su ropa preferida;
pantalón amarillo y sweater con su inicial.
Estaba
irreconocible, así que Susana cerró el cajón. En el entierro, la abuela estuvo
ahí, ayudándola.
De
algún extraño modo la mama junto valor para decir unas palabras de agradecimiento en la misa.
Después
del funeral llevaron a Francisco al cementerio, pero los padres prefirieron
esconderse para no ver como metían a su hijo en un hoyo.
10
días después de su muerte, en su cumpleaños número 5 Susana hizo un pastel y lo
enterró en el patio..
Siempre
había gente en su casa, familia, amigos, compañeros.
Susana
y su esposo se dieron cuenta que debían ayudar a Patito, así que decidieron
irse 2 meses a México, y ayudo bastante. Pero al volver todo siguió igual. Así
que decidieron mudarse los 3 e intentar olvidar a Francisco.
Itzel
Ramírez
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